martes, 14 de abril de 2015

Concepción Social de las Distorsiones Cognitivas.


Una distorsión cognitiva está empíricamente definida como un error psicopatológico que afecta la capacidad mental de procesamiento de información en un individuo1. Pero, ¿Cómo influye, realmente, en la vida de las personas que las poseen? Diferentes estudios sugieren que el efecto de estos trastornos son visibles únicamente dentro de contextos cognitivos en su estructura; leer cosas nuevas, escuchar cosas nuevas, asimilar conocimiento nuevo, etc. Sin embargo, se habla también de los espacios e interacciones sociales como cognitivos también, siendo estos gatillados por elementos que caen en la misma definición que los de una sala de clases. Entonces, una distorsión cognitiva influye no sólo en el ambiente considerado como meramente académico o ‘cognitivo’ sino que en la manera mediante la cual crecemos, nos desarrollamos, somos: socializar. Por lo tanto, las distorsiones cognitivas deben ser tomadas en cuenta como factores que influyen en la totalidad de la vida de los afectados, que modifican  (o dan forma a) su personalidad, y que constituyen una verdadera discapacidad psicológica. No como una mera dificultad al aprender.
Dejando de lado ese análisis al respecto, quiero dejar en claro mi rechazo a semejante etiqueta. Una distorsión cognitiva o, en su defecto, un trastorno social, no es más que una exageración de una arista psicológica de la personalidad que se encuentra presente en la totalidad de la población mundial, pero que varía en su evidencia o en su grado de efectividad sobre la personalidad del individuo. Su nominación no es nada sino una ramificación de la obsesión humana por clasificar y ponerle nombre a todo lo que nos rodea que se ha transmitido al estudio del interior, de la mente humana.
Una persona que es diagnosticada con un trastorno mental será discriminada y alejada de la ‘normalidad’, probablemente no de forma dramática ni demasiado significativa, pero es algo que acompañará su descripción metalingüística por el resto de su vida, siendo que solo constituye una dificultad cuando se trata de encajar en la sociedad, de pasar por el filtro de los demás, de ser capaz de sucederse por los mismos y por los, a estas alturas, mecanizados, procesos por los que otras personas han podido pasar. ¿Por qué es la reacción individual respecto a un determinado estímulo considerada como una anormalidad diagnosticable? La raza humana debe someterse al entendimiento de que no somos todos iguales, y que es normal ser diferente: no porque le sea complicado relacionarse con personas que son diferentes a él o ella tiene algo malo o una falla en la psique, solo no es igual al otro. Quizás se pueden identificar y definir esas diferencias, pero en la descalificación categórica de trasluce un potente narcisismo que tiñe la forma de ver a los demás y a sus características.
No está bien clasificar a los seres humanos según sus diferencias, éticamente y según mi punto de vista, pero el diagnóstico y tratamiento de estos trastornos ya identificados se justifica desde la perspectiva del mundo en el que vivimos, y tomando en consideración el hecho de que no tenemos alternativa a convivir con otros seres humanos, y será exponencialmente más amena la supervivencia si se hace perteneciendo a este ya diverso grupo de criaturas.

Cuando me disponía a enumerar las distorsiones, y luego de una breve investigación, me he refutado a mi mismo respecto a todo lo que acabo de elucubrar; no retiro, sin embargo, lo dicho, y mi análisis fue efectivamente fructífero, más rebatible: Los trastornos cognitivos no son más que una manera de identificar anomalías que nos impiden ver la realidad con los pies en la tierra, sin dejar de ser excluyentes y discriminadores, forman parte de una manera de estudiar al ser humano que es válida y obsesiva, y que sí presenta una utilidad cuanto en lo que refiere a quienes las padecen. 
Sigo sin estar de acuerdo con su existencia, pero comprendo de alguna manera su nacimiento y utilización clínica.

1Wikipedia Commons.




En esta imagen se observa un ejemplo de distorsión cognitiva en la que se produce una generalización sobre el futuro respecto al presente instantáneo sin considerar variables.


-Rafa.

2 comentarios:

  1. En primera instancia, me parece que es un artículo de reflexión. Desde esta perspectiva, a mi juicio es un artículo bien realizado, que denota una investigación al respecto. En contenido, me parece un artículo que tiene información relevante y en estilo y argumentación me parece de un hilo conductor claro.
    Sin embargo, me surgen ciertas dudas. En primer lugar, me parece que el lenguaje, si bien es adecuado y de estilo académico, es un poco lejano a lo que usualmente utilizan. Por esto, no sé si colocaron citas de otros textos, que no están referidos en el artículo.
    En segundo lugar, creo que hay una confusión conceptual que es necesario revisar, ya que, si bien las distorsiones cognitivas tienen un impacto social, no sé si caen en la categoría de psicopatología, sino más bien como un error en la estructura de pensamiento que puede ser corregida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eduardo el lenguaje es efectivamente de nuestra propia cepa...
      Y agregué la fuente de donde surgió la clasificación de psicopatología respecto a las distorsiones... Es de Wikipedia.

      Eliminar